domingo, 2 de junio de 2013

8 / oo - Fragmento de "Carte d' un monde paralléle"



I

Los silencios son siempre extraños,
no tienen forma
se-paran (en) el no saber de la cosa
y se te quedan mirando
en silencio, el tiempo se vuelve más largo
y su doble más denso.

El doble del silencio es un sentido sordo
un espacio que simula vacío
y sin embargo
está lleno de una comprimida transparencia
monstruosa.


¿Cuánto tiempo hay encerrado en un segundo de silencio?

Acechando…

Debajo de la piedra del silencio, su doble,

Acechando…

Y entonces, zás!, por un descuido de palabras
el doble salta
cual payaso de acordeón con mueca que asusta
y desparrama
por todo tu cuerpo,
un siglo del silencio de tu vida
que estaba allí,
anestesiado.





II

Y es que a los silencios les encanta hacer crujir
su andar en penumbras
y entonces alguien dice para calmar el miedo
dice
que ha sido la puerta
o del techo, el tirante de madera
que cruje sin motivo.

Los silencios son peligrosos si no tienen motivo
si lo tuvieran, dejarían de crujir
pero crujen y entonces
les inventamos uno
por las dudas
por si funciona
y dejan de hacerlo.

Pero es inútil

como evitar
que las horas caídas
se desintegren

sobre el musgo





III

Y si por casualidad algún silencio llega a tomar forma
es sólo para camuflarse en fondo

Sobre fondos de silencio
los movimientos enlentecen
y los pequeños sonidos ensanchan.

Una gota demora una eternidad
en caer estridente sobre un charco
y su sonido al caer se vuelve tan amplio
que se parece
al sonido que hacen en un beso
los labios.

Entre gota y gota
el tiempo se detiene
como en el beso
las bocas.

Peligrosa cercanía la de tu boca-gota transparente
Acechando…




Fotografías: Katia Chausheva

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