viernes, 9 de agosto de 2013

La Flecha



Al/ Mar (por tanta magia)


Crujen maderas. El bosque también
puede ser una presa.

Pero los ojos del ciervo han cegado
los del cazador.

El silencio es esa venda
que roza los bordes del habla
y la ajusta.

Es necesario, dices
que cada movimiento tenga
el tiempo de lo eterno.

Mi lengua responde emprolijando la pluma.
Fiel a la trayectoria, el brazo
se tensa a su destino.

El arco es un centro inmóvil
como el blanco de esta hoja
que apunta directo
hacia mi corazón.

¡Oh Vida, Vida !
difícil tarea esta -la de elegir-
entre el amor y el amor.



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