jueves, 1 de agosto de 2013

Tempo




Acomodó los libros en el sillón
(los leería más tarde)

Por primera vez no sintió
la culpa que exhalan
ciertos abandonos.

Hay en las cosas, pensó
un tipo de vibración
casi imperceptible
que emiten
al entrar al mundo

y se dejó estar
en la no urgencia
de esa hebra de sol
atravesando el frío

estremeciendo
intermitente
la superficie de las flores

hasta que estas ceden
dóciles
al roce

abren







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